martes, 14 de diciembre de 2010


Los celos desde hace muchos años atrás han abarcado amplios campos de la vida, podemos tener celos de nuestra mejor amiga, nuestro novio el más común de todos y hasta de nuestros abuelitos porque no?

El eje que mueve el motor de los celos suele ser el sentimiento de posesión que se tiene por una persona, en este caso la pareja. Pero ese motor tiene una serie de engranajes como puede ser nuestro temor incontrolado por perder al ser amado. Nuestra baja autoestima que nos hace pensar que no valemos lo suficiente y que en cualquier momento puede aparecer una tercera persona con mejores cualidades que nosotros y nos arrebate nuestra pareja.

Esa obsesión como muchos los han querido denominar trae consigo grandes problemas a la salud, entre ellos afecta la sexualidad y el bienestar psicológico de las parejas, quienes en su afán por mantener amarrados a ese ser querido, se centran en vigilarlo las 24 horas del día dejando atrás la cantidad de compromisos que se tengan durante el día.

Expertos en la materia consideran, que si se llega a estos extremos, lo más recomendable es acudir a un especialista que  servirá de guía para evitar que ese ser amado sufra de desesperación. Médicos consideran que la mejor alternativa para evitar ser víctimas de ese padecimiento, es que cada persona se compenetre con sus actividades individuales y comparta en pareja lo esencial.

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