domingo, 12 de diciembre de 2010



Hay varias maneras de sentir placer sexual sin la necesidad de tocarse, aunque parezca difícil se puede lograr un orgasmo hasta su máximo éxtasis, despejando la mente y relajar el cuerpo en su plena totalidad.

El tantra utiliza el sexo como puerta hacia la felicidad, y una vez que conocemos  esa realidad podemos ir más lejos. Utilizando el sexo tantra como puente hacia lo que los místicos orientales llaman el orgasmo cósmico.

Este orgasmo cósmico, es precisamente “El orgasmo más largo del mundo”. Para el tantra el sexo es el medio para lograr “El orgasmo cósmico”, pero nunca el fin. Si nos perdemos sólo en el sexo, también nos perderemos el final.

El acto sexual que todos conocemos y el tántrico son distintos. El sexo puro, como lo conocemos los occidentales, es un desahogo; es como un estornudo, un buen estornudo. Descargas la energía; te descargas. Pero es instantáneo, no es creativo. Es bueno, terapéutico y te ayuda a relajarte, pero nada más.

El  sexo tántrico, va más allá, no busca el placer automático, se queda estático, la pareja fundida en ese momento, sin soltar energía, elevada en el cosmos de su universo interno, y una vez alcanzada esta fase los dos amantes pueden permanecer ahí sin necesidad de moverse. Se funden los dos sexos, el masculino y el femenino, el yin y el yang, y entran en una profunda relajación, olvidando cualquier tipo de ego y aprovechando esa energía revitalizadora. Este momento puede alargarse el tiempo que anhelemos, es similar a la fase de excitación, mientras más la alargamos, más la disfrutamos. 

Los tántrikas (practicantes del sexo tantra)  piensan que la eyaculación es una pérdida de energía y que con eyacular una vez al mes, el cuerpo, fisiológicamente, tiene bastante. En el tantra, la mujer no es un simple "recipiente sexual" sino una diosa que da y recibe energía.

Existen diferentes tipos de orgasmos estudiados por el Tantra:
El orgasmo superficial es un orgasmo de tipo reflejo, se caracteriza por limitar su zonza de emancipación solo al área genital, lo que lo hace muchas veces insatisfactorio y agotador, por el hecho que se provoca una descarga energética importante.
El orgasmo profundo este orgasmo es mucho más complejo y a diferencia del anterior es abarcativo para todo el cuerpo, otorgándole un carácter especialmente espiritual a la hora de experimentar un estado elevado de consciencia.  En las mujeres la sensibilidad y placer son mucho más profundos.
Técnicas
La respiración es primordial en el sexo tántrico. Siéntate con tu pareja,  el hombre sentado con las piernas abiertas, las rodillas lo más cerca del piso y los talones uno frente al otro. La mujer se sube en el hombre y lo “abraza” con sus piernas. Si tu cama es muy blanda, pueden hacer el ejercicio en el suelo, pongan un cojín, colchoneta, o algo similar. Comienza a respirar en forma pausada. Cuando uno exhala, él otro inhala; la idea es que él respire de tu aire y tú del suyo. Cierra los ojos y empieza a dejar tu mente limpia de pensamientos. Masajea a tu pareja lentamente. Explorando todo su cuerpo excepto pechos y genitales. Haz movimientos largos, circulares y busca el propio placer de hacer el masaje. Después de quince minutos cambien. Vuelvan a explorar su cuerpo detenidamente.

Recostados uno junto al otro se miran a los ojos y se besan sin tocarse, deben seguir el ritmo de la respiración, más cerca; la pareja debe mirarse fijamente y besarse la piel; poco a poco y sin apresurarse van llegando a las zonas erógenas con suavidad y dulzura. Esto es el beso del deseo.

Las caricias te guiarán a la satisfacción de ambos. Si lo hacen poco a poco, disfrutando cada tacto, cada mirada, cada suspiro; si logran entrar juntos a la misma energía que los envuelve, energía sensual, sin pensar en la satisfacción sexual, lograrán juntos controlar la eyaculación y retrasar así el gran final, gozando de una larga gama de sensaciones, para vivir  el orgasmo más largo de tu vida”.

Escrito por Pamela Compadre

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